Leyes y reglamentos ambientales ¿necesarios o irrelevantes?

La relación entre la salud humana y el entorno del hombre se ha reconocido desde tiempo inmemorial. Esta idea médica se remonta a Hipócrates, que enseñaba a sus discípulos a “prestar atención a los aires, las aguas y los lugares” para comprender las fuentes de la salud y la enfermedad de sus pacientes. Esta vieja concepción de la relación entre la salud humana y el medio ambiente ha perdurado. Tres factores han influido en el nivel de aceptación social de esa relación: el enriquecimiento de los conocimientos científicos del cuerpo humano, la mayor capacidad de curación de las distintas enfermedades, y la evolución paralela de los conceptos científicos, religiosos y culturales.

 

La Revolución Industrial suscitó un mayor interés por los factores ambientales como causa de la salud y enfermedad de sectores completos de la población. Esta tendencia se ha mantenido hasta nuestros días, fomentada por el desarrollo de las ciencias del medio ambiente y de las técnicas de determinación de las relaciones de causalidad y de evaluación de los riesgos. La asociación de la salud con el medio ambiente se estableció claramente por vez primera en el lugar de trabajo, donde también se experimentaron por primera vez los efectos del incremento de la cantidad y variedad de agentes contaminantes como consecuencia de la diversificación de los procesos industriales.

 

Sin embargo, estos agentes contaminantes no se encuentran confinados al medio ambiente de trabajo. En efecto, una vez emitidos, resulta difícil seguir la pista de la dispersión de estos agentes, aunque al final terminan depositándose en el medio natural. Ciertamente, los agentes tóxicos ambientales se encuentran presentes en el suelo, el agua y el aire de los entornos naturales más remotos. A su vez, la salud humana se ve afectada por la contaminación del medio ambiente natural, con independencia de su origen local, nacional o internacional. Junto con otras clases de degradación del medio ambiente, que provocan un agotamiento de los recursos naturales a escala mundial, este fenómeno confiere una dimensión planetaria a la correlación entre las condiciones ambientales y la salud pública.

 

Se sigue la conclusión ineludible de que la calidad del medio ambiente de trabajo y la del medio natural se encuentran inextricablemente asociadas. Ninguno de estos problemas se puede resolver definitivamente a menos que ambos se aborden de modo simultáneo.

 

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Fuente: Política en materia de medio ambiente. Larry R. Kohler

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