Beneficios de un Sistema de Gestión Ambiental

¿Qué es un Sistema de Gestión Ambiental?

Los Beneficios de un Sistema de Gestión Ambiental son muchos, pero antes eso vamos a definir que es. Un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) es una herramienta de gestión utilizada por las organizaciones para administrar y controlar los impactos ambientales asociados con sus actividades, productos o servicios. Un SGA ayuda a una empresa a identificar, priorizar y gestionar los riesgos ambientales y establecer objetivos y metas ambientales para reducir su impacto en el medio ambiente. Es una responsabilidad ambiental que tiene las empresas

La implementación de un SGA generalmente sigue un proceso sistemático que incluye la identificación de aspectos ambientales, la evaluación de impactos, la identificación de requisitos legales y otros, la definición de objetivos y metas ambientales, la elaboración de un plan de acción y la evaluación continua del desempeño ambiental. 

Al implementar un SGA, una empresa puede mejorar su desempeño ambiental, reducir los costos operativos y de cumplimiento, mejorar la reputación y la relación con los clientes y otras partes interesadas, y cumplir con los requisitos legales y regulatorios.

Las normas ISO 14001 y EMAS son los estándares internacionales más ampliamente utilizados para la implementación de un SGA.

Beneficios de un Sistema de Gestión Ambiental

La implementación de un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) ofrece numerosos beneficios tanto para la organización como para el medio ambiente. Algunos de estos beneficios incluyen:

  1. Mejora del desempeño ambiental: al implementar un SGA, una organización puede mejorar su desempeño ambiental al establecer objetivos y metas ambientales, identificar y controlar sus impactos ambientales y monitorear continuamente su desempeño.
  2. Cumplimiento de los requisitos legales: un SGA ayuda a una organización a cumplir con los requisitos legales y regulatorios en materia ambiental.
  3. Reducción de costos: un SGA puede ayudar a una organización a reducir sus costos operativos y de cumplimiento al identificar oportunidades de ahorro de energía y materiales, reducción de residuos y optimización de procesos.
  4. Mejora de la imagen corporativa: una organización que implementa un SGA puede mejorar su imagen corporativa y su reputación ante los clientes, proveedores, reguladores y la comunidad en general.
  5. Aumento de la competitividad: al mejorar su desempeño ambiental, una organización puede aumentar su competitividad en el mercado y atraer a clientes y proveedores que valoran la responsabilidad ambiental.
  6. Reducción de riesgos: un SGA ayuda a una organización a identificar y controlar los riesgos ambientales asociados con sus actividades, productos o servicios, reduciendo así su exposición a posibles sanciones, multas y litigios.

En resumen, un SGA es una herramienta valiosa para cualquier organización que desee mejorar su desempeño ambiental, cumplir con los requisitos legales y regulatorios, reducir costos y mejorar su imagen corporativa y competitividad.

Ventajas derivadas de los programas de actuación ambiental voluntaria

En los programas y planes voluntarios de actuación ambiental, desarrollados, dentro de cada empresa o a través de asociaciones sectoriales (como el programa de Atención Responsable de las industrias químicas) se suelen integran expresamente los aspectos ambientales con los de salud y seguridad en el trabajo. Análogamente, las normas específicas y a menudo voluntarias elaboradas por entidades como la Organización Internacional de Normalización (ISO) también han influido cada vez más en la protección del medio ambiente y de la salud y seguridad en el trabajo.

Se perfilan en el horizonte nuevos problemas que pueden plantear retos y oportunidades específicos para el establecimiento de unos vínculos más efectivos entre la salud y seguridad en el trabajo y el medio ambiente. La pequeña y mediana empresa y el sector urbano informal se han mostrado especialmente impermeables a las políticas ambientales y de salud y seguridad en el trabajo. Esto reviste especial significación en relación con las extraordinarias implicaciones de uno de los mayores desafíos que el siglo XXI supondrá para el medio ambiente y el desarrollo: la calidad del agua. Ahora bien, será preciso desarrollar planes de actuación conjunta que permitan comunicar de forma más eficaz los graves riesgos que algunas de las actividades actuales entrañan para los trabajadores y el medio ambiente. No obstante, más allá de estos riesgos, se abren nuevas posibilidades de incrementar la productividad y aumentar los ingresos generados por las actividades tradicionales, así como perspectivas de creación de nuevas actividades lucrativas directamente asociadas al medio ambiente.

Dados los numerosos vínculos, tanto directos como indirectos, existentes entre el sector estructurado y de la pequeña y mediana empresa y el sector urbano no estructurado, será preciso diseñar políticas innovadoras que canalicen el intercambio de experiencia de forma que contribuya a mejorar la política ambiental y de salud y seguridad en el trabajo. Las organizaciones sindicales y empresariales pueden brindar aportaciones prácticas y positivas a este proceso. 

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